La primer semana en Washington
La comisión compuesta de los señores Muñoz Rivera, Coll Cuchí y Benitez Castaños embarcó á bordo del vapor Caracas el día 18 de Marzo. Llegó á Nueva York el día 23 del mismo mes. Inmediatamente comenzaron sus trabajos de conformidad con las instrucciones que llevaban.
A las once llegaban los comisionados al Hotel Astor, donde ocuparon un magnífico apartamento, instalándose con el decoro que corresponde á la alta representación de la Cámara de Puerto Rico.
Sin perder tiempo, pusiéronse al habla, por el aparato telefónico, con el Sr. Larrinaga, que les aguardaba en Washington, y les comunicaba la necesidad de una entrevista inmediata. La Comisión Puertorriqueña, después de enterarse á fondo de la marcha de las cosas, resolvió permanecer en New York el resto del lúnes y todo el mártes, á fin de informar á los grandes periódicos y lograr, en cuanto fuese posible, la mayor publicidad del asunto que les llevaba á los Estados Unidos.
Al Hotel Astor acudieron los reporters del SUN, del HERALD, del TIMES, del WORLD y del TRIBUNE. Desde las siete á las doce de la noche, los señores Muñoz Rivera, Coll Cuchí y Benitez Castaños celebraron con cada uno de ellos una larga conferencia. Al siguiente día, mártes, solo el SUN y el TRIBUNE concedieron al problema de Puerto Rico, no la atención que merece, pero sí alguna atención, y algún espacio. El HERALD, el WORLD y el TIMES, ciñeronse á insertar sueltos breves, sin importancia positiva, rehuyendo visiblemente ocuparse de la cuestión de una manera formal y fundamental.
Para dar á nuestros lectores una idea de la propaganda en la prensa publicamos los sueltos del Herald y del Tribune. Sobre cuatro mil diarios se hicieron eco de estas manifestaciones.
DEL WASHINGTON HERALD.
LOS PUERTORRIQUEÑOS VIENEN EN BUSCA DE CONSEJOS CON
TAFT.—HOY LLEGA LA COMISIÓN Á WASHINGTON,—EL ESTADO ECONÓMICO DE LA ISLA
EN CONFUSIÓN.
Marzo 24, 1908.—Esperando, como último recurso, que el Presidente Taft les sugiera un medio de solucionar las dificultades que en la actualidad se encuentra Puerto Rico, á causa de que sus cuerpos legislativos, no pueden llegar á un acuerdo sobre la ley de Presupuestos para el año próximo, esta mañana llegó á Washington uua Comisión de tres miembros de la Cámara baja de la Isla, é inmediatamente celebraron una conferencia con el Comisionado Larrínaga, quien se adhiere á su actitud. Se dice tambien que pronto estará en Washington otra Comisión compuesta de americanos en representación del Consejo Ejecutivo ó Cámara alta, con el propósito de atraer la ayuda del Presidente á su favor.
La Comisión de la Cámara baja que se elije por el pueblo, consiste de los Delegados Luis Muñoz Rivera, Eugenio Benitez y Cayetano Coll Cuchí.
DIFICULTADES FINANCIERAS
De acuerdo con lo manisfestado por el señor Muñoz Rivera hoy, los asuntos financieros del Gobierno, parecen estar en muy mala situación en Puerto Rico. Como la Isla ha de continuar por doce meses sin dinero alguno, cuando se asignan anualmente tres millones y medio aproximadamente, es el problema que ha traido, á toda prisa á la Comisión á Washington. El señor Muñoz Rivera embarcó con 24 horas de anticipación á raiz del cierre de la legislatura, con ambas Cámaras en pugna, y sin poder acordar nada. Del modo siguiente es como el señor Muñoz Rivera explica esta situación peculiar.
“Estamos sin presupuestos para el próximo año fiscal. La Cámara de Delegados, compuesta de 35 miembros elegidos por el pueblo, siguiendo las sugestiones del Gobernador Post en su mensaje anual, propuso varias enmiendas al bill del presupuesto, que se originó y fué aprobado en el Consejo Ejecutivo. La Cámara baja hizo algunas enmiendas reduciendo los salarios de algunos empleados, que estaban altamente pagados, mientras que se dejaban intactas todas las partidas de Obras Públicas y Educación.”
LA ACTITUD DEL CONSEJO
“El Consejo Ejecutivo declinó concurrir á las enmiendas. El Consejo cerró la Legislatura sin que se hiciera cosa alguna. El Consejo además rehusó tomar en consideración ó aprobar todos los proyectos presentados en la Cámara baja, algunos de los cuales era solicitados por el pueblo, tales como leyes escolares, la ley con relación á la elección de Jueces Municipales y Alcaldes, la ley dividiendo la isla en Condados, disponiendo un plan de tasación de la propiedad y la ley estableciendo un banco Agrícola y otros.”
“Finalmente, la Cámara baja convino en aceptar la ley de Presupuestos aprobada por el Consejo Ejecutivo, siempre que dicho Consejo aprobase en cambio sólo dos de las doscientas leyes aprobadas por la Cámara. Estas dos leyes disponían la elección de Alcaldes y Jueces Municipales. El Consejo se negó sin darnos razón alguna que explicase su negativa. No se ha acordado plan alguno, para llevar adelante los gatos del gobierno.”
“A las dos de la madrugada del día 16 de Marzo, cuando la Cámara baja trataba de suavizar dificultades, se recibió un mensaje del Consejo Ejecutivo que estaba dispuesto á cerrar la sesión. Eso fué el final de todo.
PROPÓSITO DEL CONSEJO EJECUTIVO
El señor Muñoz Rivera dice que el propósito del Consejo es mantener un control completo del gobierno, mientras que el pueblo necesita una interpetración más justa y liberal de la ley Foraker. La Comisión cree que tanto el Presidente como el Congreso, han de reconocer la justicia de sus demandas.
“Si la política del Consejo prevalece, dice el señor Muñoz Rivera, la voluntad del pueblo se eliminaría en el gobierno y ello crearía un profundo resentimiento. Los Estados Unidos entonces causarían una gran injusticia á un pueblo, que no tiene la fuerza suficiente para defenderse en la situación actual.”
El Comisionado Larrínaga probablemente obtendrá una audiencia inmediata con el Presidente Taft. La Comisión permanecerá en Washington hasta que Puerto Rico se vea libre por algún medio de las dificultades actuales. El Delegado Coll Cuchí que habla inglés con más perfección que sus compañeros, es un antíguo estudiante graduado de la Universidad Nacional.
DEL NEW YORK TRIBUNE.
CRISIS EN PUERTO RICO. DETALLES DE LA SITUACIÓN
LAS COMISIONES HAN LLEGADO, PARA PRESENTAR
SUS QUEJAS ANTE EL GOBIERNO.
Marzo 23 de 1909.—San Juan, Marzo 17 de 1909. —Especial — Después de la clausura de dos sesiones consecutivas, una ordinaria y otra extraordinaria que se convocó inmediatamente después del cierre de la primera, la Asamblea Legislativa de Puerto Rico ha cerrado sus sesiones sin haber aprobado la Ley del Presupuesto, disponiendo la asignación de fondos para llevar á cabo la administración local durante el año fiscal de 1909–1910, en unión del bill de deficiencias, que se necesitaba para llevar á efecto los trabajos del año corriente, hasta su expiración el día 30 de junio, causando de este modo al Gobierno Insular una crisis de la cual solo puede ser rescatado por una medida pronta de parte de la Administración de Washington. La negativa para disponer fon dos no pudo preveerse hasta que se puso en práctica. Los miembros de la Cámara de Delegados alegan que se negaron á aprobar el presupuesto para obligar á la Administración de Washington á enmendar la ley Foraker ó constitución insular, de modo que Puerto Rico tuviese un Self-Government más amplio. El Gobernador Post le ha telegrafiado el estado de la situación al ex-Gobernador Beekman Winthrop, actual Sub-secretario de Marina, que está bien familiarizado con los asuntos de Puerto Rico. Los primeros efectos de la negativa de la Legislatura, para proveer fondos á cubrir los gastos necesarios de la Administración se sintieron hoy, cuando el Comisionado del Interior ordenó á la Compañía de luz eléctrica, el cortar las luces en todos los edificios insulares bajo su cargo, puesto que no había más dinero para pagar tal servicio, y se espera que dentro de unos pocos días tendrán que suspenderse otros servicios de diferentes departamentos á causa de la falta de fondos.
COMENTARIOS DE LA REDACCIÓN.
Cada una de las partes del conflicto puertorriqueño tenía su Comisión á bordo del vapor Caracas, que llegó hoy, y mientras que la Comisión del Consejo Ejecutivo á prisa salió para Washington, la de la Cámara de Delegados se dirigió al Hotel Astor, y saldrá, para la Capital en el día de hoy.
Han enviado telegramas al Comisionado que representa la Isla en Washington, Tulio Larrínaga, para que les obtenga un interviú con el Presidente Taft. La Comisión puertorriqueña dijo anoche que se sentía segura de que el Presidente, una vez que entendiese la situación, llegaria á un arreglo amistoso. En el Hotel Astor estaban, Luis Muñoz Rivera, Cayetano Coll Cuchí y Eugenio Benitez, miembros de la Cámara do Delegados, y anoche empezaban á preparar su campaña en pro de un Gobierno más liberal. Prepararon una memoria de tres páginas, explicando su posición, la cual, dejando á un lado materias incidentales de desacuerdos, demanda que el Consejo Ejecutivo, sea un cuerpo por elección, pero ésta no fue la causa del desacuerdo sobre el proyecto del Presupuesto, de acuerdo con el señor Coll, que era quien habló cuando se le acercó á la Comisión un reporter de THE TRIBUNE. El señor Coll que estaba asesorado por el señor Muñoz Rivera, quien es el leader de la Cámara Baja, dijo :
Que la Cámara de Delegados aprobó ciertas Leyes ele gran importancia, todas con tendencias á amoldar los asuntos de la isla á las ideas americanas, entre ellas una para conceder al pueblo la facultad de llenar las vacantes que ocurrieren en las Cortes Municipales y en las Alcaldías, por medio de elección popular.
El Gobernador, Regis H. Post, había recomendado toda clase de economías á causas de déficit, y con el objeto de amoldarnos á sus puntos de vistas, la Cámara, manifestó el señor Coll, disminuyó ciertos salarios en el presupuesto de un cinco á quince por ciento. Esto no era un ataque al Consejo, añade él, puesto que de cien funcionarios que pudieran ser afectados con la rebaja, noventa eran puertorriqueños.
Dicen los Comisionados que cuando enviaban proyectos de Ley al Consejo ninguno encontró aprobación por parte de ese cuerpo. Negó que la disminución de los salarios en el presupuesto fuera una medida de represalia, y esto lo confirmaron más manifestando que la Cámara, con el fin de poder llegar á un acuerdo, restituyó á sus cifras primitivas todas las rebajas del presupuesto, pero aún ni en ese caso el Consejo quiso concurrir y aprobar el proyecto de Ley cuyo objeto tenía el llenar las vacantes por elección, y entonces fué que vino la ruptura. La Comisión del Consejo Ejecutivo que está en Washington está compuesta de William F, Willoughby, Secretario de Puerto Rico ; George Cabot Ward, Auditor ; y Henry M. Hoyt, Attorney General.
Como la prensa americana, y, más aun, la prensa neoyorquina, siempre obró de igual manera, rehuyendo tratar ninguna cuestión política sin asesorarse antes de la actitud de la Administración, los Comisionados de la Cámara, familiarizados con la vida de la gran urbe, no experimentaron ninguna sorpresa. Bastábales que esos tres diarios, y los otros de New York, anunciaran su presencia y el objeto de su viaje. Las horas de la mañana y de la tarde, se emplearon en visitar á varios políticos de influjo, interesándoles en pro del país, no sólo para dar soluciones al conflicto entre el Consejo y la Cámara, si que también para buscar apoyo en beneficio del café y del azúcar, cuyo porvenir está debatiéndose en la sesión extraordinaria del Congreso.
Con la Comisión estuvo siempre el señor Domingo Collazo, culto corresponsal de La Democracia, en Nueva York. Sus útiles y desinteresados servicios fueron apreciados grandemente por los Comisionados.
A las doce de la noche los señores Muñoz Rivera, Coll Cuchí y Benitez Castaño, tomaron el tren hacia Washington, y á las siete de la mañana saludaron en Union Station al señor Larrínaga, que los condujo en automóvil al Hotel New Willard donde tenían preparado alojamiento y donde decidieron establecer su oficina de trabajo.
A las nueve empezaron á venir los reporters de la prensa, reproduciéndose los interviews de Nueva York, aun que con más éxito, pues en la misma tarde y al día siguiente, juéves, los diarios de Washington, dieron cuenta en detalle y en conjunto, de la crisis legislativa de Puerto Rico.
La Comisión entendía que el éxito de su difícil gestión necesita ser preparado por una serie de esfuerzos Preliminares. Y, de acuerdo con el señor Larrínaga, aplazó la solicitud de ser recibida en audiencia particular por el Presidente Taft. Éste había encargado el estudio del caso de Puerto Rico, al Secretario del interior, Mr. Ballinger.
El miércoles, á las diez de la noche, los señores Larrínaga, Muñoz, Coll y Benitez, conferenciaron con el Director (Manager) y un redactor de la Prensa Asociada en Washington. El juéves, el Washington Post y otros diarios de gran importancia insertaban el interview en extenso, sin comentarios, pero con una no disimulada simpatía.
Una empresa fotográfica, Harris & Ewing, se dirigió á los Comisionados rogándoles que les permitieran hacer varias fotografías, á fin de suministrar copias á los periódicos que deseaban ofrecer una información gráfica á sus lectores. Se consigna este dato al parecer insignificante, pues él demuestra que en setenta y dos horas se movió la opinión lo suficiente para producir un relativo interés en el público. A las dos de la tarde, el Secretario Ballinger llamó á su despacho á los señores Muñoz, Bemitez y Coll.
Importa hacer constar que los comisionados de la Cámara no habían noticiado oficialmente de su llegada á ningun miembro de la Administración. La primera entrevistare que iba á cebrarse con Mr. Ballinger era debida, pues, á la iniciativa del Gobierno. Hacía solamente tres días que la Comisión estaba en Washington ocupada en unión del Sr. Larrínaga en trabajos de carácter puramente preliminar, pero ya la prensa había divulgado su presencia en el Hotel Willard y la cuestión de Puerto Rico, á pesar del momento inoportuno en que llegaba ante la opinión pública americana, empezaba á llamar la atención. Los trabajos avanzaban con gran actividad, pero era de gran importancia para los comisionados agitarse con suma cautela. Desde el primer momento pudo apreciarse que elementos de gran peso ponían todas sus fuerzas en el empeño de hacer fracasar la Cámara de Delegados de Puerto Rico ante la opinión pública americana.
La primera entrevista con Mr. Ballinger, Secretario del Interior, fué en extremo interesante y halagüeña para los Comisionados puertorriqueños. Se llevó á efecto en las oficinas del mismo Secretario en su Departamento. De una parte asistía el Secretario Ballinger, y de la otra el Sr. Larrínaga y los tres Comisionados especiales. Comenzó Mr. Ballinger solicitando información sobre lo ocurrido, y se le dió con la mayor veracidad y amplitud. Se discutió algo sobre los poderes que el acta Foraker concedía al Consejo Ejecutivo. Al llegar á este punto comprendieron los Comisionados que ya Mr. Ballinger había tenido oportunidad de recibir impresiones del Consejo Ejecutivo. El Secretario trató cortesmente á los Comisionados. Tanto que quizás por pura cortesía pronunciara la célebre frase que luego quiso desvirtuar, cuando terminando de hacer el Sr. Coll Cuchí la relacion de la última noche de la sesión extraordinaria de la Asamblea, dijo : “Yo no sé si ustedes tendrán razón, pero si yo hubiera sido puertorriqueño hubiera hecho lo mismo.”
Al terminarse la entrevista los comisionados entregaron al Secretario Ballinger el siguiente alegato :
La crisis actual de Puerto Rico es muy fácil de resolver ; pero si no se resuelve de un modo justo, traerá, como consecuencia, un retroceso en la americanización de la Isla, y una dolorosa desconfianza, por parte de la Isla, contra la administración, americana.
A principios de Marzo el Consejo Ejecutivo envió á la Cámara un bill de Presupuesto. En vista de que el Gobernador, en su mensaje de Febrero, daba cuenta de una baja considerable en los ingresos del Tesoro Insular y recomendaba economías, el Comité de Hacienda de la Cámara propuso que se rebajasen los sueldos de los empleados, con arreglo á esta escala gradual:
- Hasta $500 anuales ninguna reducción,
- De $501 á 1.000 dollars, cinco por ciento.
- De $1.001 á 2.000, diez por ciento.
- De $2.001 en adelante, 15 por ciento.
- De tal manera, castigando los salarios, podía economizarse una suma que permitiese dar mayor impulso á los caminos y á las escuelas, sin aumentar el conjunto de los gastos ni arriesgarse á la posibilidad de un déficit. Y se mantenía el progreso de las escuelas y de los caminos, que va creciendo de año en año, desde que el partido “UNIÓN DEPUERTO RICO” triunfó en las elecciones de 1904, 1906 y 1908.
Además, el Comité de Hacienda suprimió algunas plazas inútiles, y, como protesta contra la Corte Federal, que es antipática á Puerto Rico, descontó un noventa por ciento á los salarios de sus agentes todos, no tocando ese descuento al Juez, al Fiscal ni al Marshal, porque sus sa–salarios se fijan en el acta Foraker, y la Asamblea Legistiva Puertorriqueña carece de autoridad para descontarles.
La Cámara aprobó las indicaciones del Comité de Hacienda. El bill de Presupuesto, así enmendado volvió al Consejo Ejecutivo, que no concurrió á las enmiendas. Ambos cuerpos legislativos nombraron, una tras otra, tres comisiones de conferencias. Las tres fracasaron. Eran ya las últimas horas de la Legislatura. El Consejo dejaba sin discutir, más aun, dejaba sin leer varios bilis de la Cámara, á saber : uno, para organizar los condados, según existen en New York, New Jersey, etc.; otro, para fundar Escuelas de Artes y Oficios ; otro, para crear un Banco de préstamos agrícolas ; otros de tendencia al self–government sobre designación de Jueces Alcaldes y Concejales por el pueblo y no por el Gobernador, sobre intervención de los contribuyentes en la valoración de la propiedad, y sobre reformas en las leyes escolares.
Este desdén imprudente del Consejo Ejecutivo, estaba creando en la Cámara un hondo sentimiento de irritación y un vivo movimiento de resistencia. Se acercaban las doce de la noche. Y debiendo á esa hora terminar sus sesiones la Asamblea, Los Representante se disponían á retirarse de la Cámara, al señalar el reloj el primer minuto de la una.
Hallábanse reunidos los señores Willoughby y Hoyt, leaders del Consejo, y los señores Muñoz Rivera y Soler, leaders de la Cámara. Buscando soluciones, se convino en pedir al Gobernador que convocase á una sesión extraordinaria inmediata, en la cual, aprobándose previamente diversos bills del Consejo y de la Cámara, se llegara á la aprobación final del presupuesto, indispensable para la administración.
Los señores Willoughby y Hoyt, dieron nota de los bilis en que mayor interés tenía el Consejo ; los señores Muñoz y Soler dieron nota de los bills en que mayor interés tenía la Cámara.
Se celebró una entrevista con el Gobernador, y éste, á las doce menos quince minutos, lanzó su proclama convocando á la Asamblea Legislativa para el siguiente día, doce de Marzo.
La Cámara respondió á las indicaciones de sus leaders, y en un Comité de conferencias sobre el Presupuesto retiró todas sus enmiendas, disponiéndose á aceptarlo tal cual había salido del Consejo. En cuanto á los demás bills, adoptó el mismo procedimiento.
Transcurrió el día trece. Hallabánse á punto de ser votados por la Cámara los bills que recomendó el Consejo ; pero éste oponía dificultades á los bilis que recomendó la Cámara: el de educación, se desvirtuaba y se disminuía, convirtiéndolo en un resíduo del bill primitivo ; el de Alcaldes y Concejales, se destruía, quedando de nuevo la facultad de destituir y de cubrir las vacantes en manos del Gobernador, y no en manos del pueblo ; el de valoración de la propiedad y el de reformas policiacas, se posponían indefinidamente.
Era imposible que la Cámara cediese en todo, sin ceder en nada el Consejo. En presencia de semejante actitud, á las nueve de la noche del día catorce, la Cámara reconsideró el bill del Presupuesto, y acordó retirar las rebajas concernientes á la Corte Federal, manteniendo las demás, y declarando que persistía en su actitud conciliadora.
Después de ésto, siguió aguardando á que el Consejo Ejecutivo reconociese la necesidad de ofrecer algunas satisfacciones á la opinión pública. El Consejo Ejecutivo se obstinó en imponer su criterio á todo trance.
A las dos de la madrugada del mártes 15, la Cámara íntegra esperaba todavía sin ninguna impaciencia, ocupando todos los Representantes sus pupitres. El Consejo resolvió, entonces cerrar sus trabajos. Y cesó la Legislatura sin que se aprobara el presupuesto.
Esta es hoy la situación. El Consejo Ejecutivo pretende arrojar todas las culpas sobre la Cámara, que no las admite. Y una Comisión compuesta por los señores Muñoz Rivera, Coll Cuchí y. Benitez Castaño, viene á Washington para conseguir que el Congreso y el Presidente de los Estados Unidos fijen, un momento siquiera, su atención sobre Puerto Rico, que sufre bajo el Acta Foraker una tiranía de la que arrancan estos conflictos y de la que arrancarán conflictos mayores en el porvenir.
Nada más sencillo para el presidente que formar — mientras el Congreso modifica el Acta Foraker — un Consejo Ejecutivo con hombres tolerantes, que den á Puerto Rico lo que le corresponde en justicia. En este caso, las dificultades cesarían y Puerto Rico marchará adelante, en franco progresó. Si el conflicto se resuelve restringiendo más aun el Acta Foraker é imponiendo á les naturales el pago de tributos no votados ni aplicados por ellos, la violencias llegarán á sus límites contra un pueblo sin otra defensa que su razón, ni otras armas que su derecho.
Los puertorriqueños no quieren pensar que realice este oprobio el Gobierno de los Estados Unidos.
El Acta Orgánica de 12 de Abril de 1900 estableciendo una forma de Gobierno para Puerto Rico, organiza el poder ejecutivo de la isla en la forma siguiente :
El Gobernador. “Puede conceder indultos y condonar multas por violación de las leyes de Puerto Rico y suspender sentencias por violación de las leyes de los Estados Unidos, hasta que resuelva en definitiva el Presidente de los Estados Unidos ; nombrará los empleados á que el Acta Orgánica le autoriza, ejercerá el derecho del veto en la forma prevista por el Acta Orgánica, con el comandante en jefe de la milicia y ejecutará en todo tiempo las leyes, teniendo todos los poderes de los Gobernadores de Estados, que no sean localmente inaplicables.” Sección 17. Los empleados á que se refiere la Sección 17 son jueces de las Cortes de Distrito, según consta en la Sección 33 del Acta Orgánica.
Y en virtud de dicha acta el Gobernador no tiene poderes directos para nombrar ningún otro empleado.
El Secretario de Puerto Rico. Archivará y guardará las leyes promulgadas por la Legislatura y las minutas de los procedimientos del Consejo Ejecutivo y de todos los actos y procedimientos del Gobernador, y publicará todas las proclamas y órdenes del Gobernador y todas las leyes de la Asamblea Legislativa. Trasmitirá al Presidente de los Estados Unidos, al del Senado, al de la Cámara de Representantes y al Secretario de Estado, copia de las leyes y actas de las sesiones legislativas. Sustituirá al Gobernador en las vacantes temporales por muerte, renuncia, ausencia, destitución ó imposibilidad física. — Secciones 19 y 20 del Acta Orgánica.
El Attorney General. Tendrá los poderes y deberes de un Attorney General de Territorio de los Estados Unidos, en cuanto no sean localmente inaplicables y desempeñará las demás funciones que las leyes le impongan. Sección 21 del Acta Orgánica.
El Tesorero. Cubrirá y custodiará los fondos públicos, hará los pagos que la ley le ordene, y ejecutará los actos que las leyes le prescriban. Sección 22 del Acta Orgánica.
El Auditor. Llevará cuenta de los ingresos y egresos y ejercerá los demás poderes y cumplirá los demás deberes que las leyes le impongan. Sección 23 del Acta Orgánica.
El Comisionado del Interior. Tendrá la superintendencia de todas las obras de carácter público y estarán á su cargo todos los edificios y terrenos públicos, exceptuándose los que pertenezcan á los Estados Unidos, y cumplirá los deberes que en referencia á dichos terrenos y edificios le impongan las leyes. Sección 24 del Acta Orgánica.
El Comisionado de Educación. Tendrá la superintendencia de la Instrucción Pública de Puerto Rico y deberán ser aprobados por él los pagos que se hagan con referencia á ese ramo, y cumplir los otros deberes que las leyes le impongan. Sección 25 del Acta Orgánica.
Los otros cinco miembros asistirán á las sesiones del Consejo Ejecutivo y tomarán parte en sus deliberaciones, de cualquier clase que sean. Sección 26 del Acta Orgánica.
El Consejo Ejecutivo, como cuerpo en funciones ejecutivas, otorgará toda clase de franquicias, derechos, privilegios ó concesiones de carácter público ó casi público, con la aprobación del Gobernador y aprobará también los nombramientos que le someta el Gobernador de Puerto Rico. Sección 32 y 33 del Acta Orgánica.
Estos son, en conjunto y en detalle, los poderes y las funciones del Consejo y de cada uno de sus miembros. Que ellos todos ejercerán los que les impongan las leyes de los Estados Unidos y los de Puerto Rico, votadas por la Asamblea Legislativa.
Ahora bien: todo poder y toda función no concedidos al Consejo y á los jefes de Departamentos Ejecutivos por el Acta Orgánica, corresponden indiscutiblemente al Pueblo de Puerto Rico. Y puede facultar y entender para regular el ejercicio de dichas funciones y poderes locales, el Consejo Ejecutivo y la Cámara de Delegados, actuando como Asamblea Legislativa de Puerto Rico. Así pues, el nombramiento de Alcaldes, Concejales y Jueces Municipales, el de Maestros de Instrucción, pueden y deben ser regulados por la Asamblea Legislativa. Así como también la Asamblea Legislativa puede y debe legislar sobre policía, valoración de la propiedad, instrucción pública, instituciones de crédito agrícola, división administrativa del país, y las demás materias á que expresamente no se opongan las leyes de los Estados Unidos ó al Acta Orgánica de Puerto Rico.
La Cámara de Puerto Rico, obedeciendo á los principios americanos de Gobierno, en uso de sus facultades y atendiendo las corrientes de la opinión insular, faltaría á sus obligaciones más imperiosas si no se esforzara por obtener para el Pueblo de Puerto Rico la integridad de sus prerrogativas, trabajando con el fin de que el Acta Orgánica sea aplicada en la forma más liberal y democrática posible.
Obediente á tales tendencias, discutió y aprobó, en la sesión ordinaria de este año 1909 y reprodujo en la extraordinaria que empezó el 12 y terminó el 16 de marzo, los proyectos de ley que se enumeran enseguida.
SESIÓN EXTRAORDINARIA
Número 1 — Para disponer que las destituciones de Alcaldes y Concejales sean hechas por las Cortes de Justicia, con motivo de un procedimiento legal, iniciado por el Gobierno; y que las vacantes por destituciones, ausencias, renuncias ú otras causas sean cubiertas por el Concejo Municipal.
Número 2. — Para suprimir los jueces de paz que nombra el Gobernador, creando una corte municipal en cada municipio y siendo los jueces, secretarios y marshalls electos por el pueblo, según lo son ya en la ley vigente sobre organización judicial.
Número 3. — Para sustituir á los actuales tasadores de la propiedad, por juntas municipales de valoración, designadas en parte por el Tesorero de Puerto Rico y en parte por los contribuyentes ; dándose así á estos últimos la intervención justa y necesaria en este asunto. Hoy todos los tasadores son personas no nacidas en el pais y desconocedoras de las verdaderas condiciones del mismo.
Número 4. — Para dividir á Puerto Rico en condados, según se dividen los estados y territorios americanos, y para desenvolver el sistema de Gobierno propio local.
Número 6. — Para fundar una caja territorial de crédito agrícola hipotecario y para emitir bonos con dicho objeto.
Número 9. — Para crear escuelas de Artes y Oficios. — Mannual training schools — en Puerto Rico.
Estos proyectos de ley respondían todos á las tendencias progresivas de la Cámara de Delegados y en ningún punto estuvieron en pugna con los poderes del Gobernador, del Consejo ni de los seis departamentos ejecutivos. La Comisión de la Cámara de Puerto Rico une á este alegato, en idioma inglés, una copia de cada uno de dichos proyectos, para que los estudie el Gobierno de los Estados Unidos y se convenza de que les inspira un sentimiento de alta justicia y un ideal de prudente libertad política.
El Consejo desdeñó algunos de los proyectos de la Cámara que se mencionan, y pospuso otros indefinidamente, condenándolos todos á un completo fracaso, á pesar de que el Gobernador los había incluido en su mensaje extraordinario, á fin de que la Asamblea legislativa los tomase en consideración.
He ahí, en términos claros, la conducta de los dos cuerpos colegisladores : la Cámara intentando aplicar con amplio criterio el Acta Orgánica: el Consejo Ejecutivo defendiendo para sí propio y para el Gobernador, poderes y facultades que el Acta Orgánica asigna al Pueblo de Puerto Rico.
No se fomenta el americanismo, ni se ganan simpatías para el Pueblo Americano, levantando una barrera en que se estrellen las iniciativas y las aspiraciones populares. El Consejo Ejecutivo, que representa en la colonia la tradición y el carácter de los Estados Unidos, como nación libre y justa, y como esperanza de todos los países esclavos, necesita montarse á la altura del nombre americano, que en el mundo no se traduce por opresión y tiranía, sino por igualdad y dignidad.
LOS PRESUPUESTOS
Dentro del Acta Orgánica la iniciativa de los presupuestos parte de cualquiera de los dos cuerpos que forman la Asamblea. La Cámara dejó siempre que los iniciara el Consejo, cuyos miembros conocen más á fondo el movimiento de las oficinas y las exigencias del servicio en escuelas, obras públicas, cortes de justicia y necesidades del tesoro. Esa es una prueba de que la Cámara no faltó nunca á las indicaciones de una perfecta corrección, y, hasta si se quiere, de una noble benevolencia. Ni una sola vez hubo el menor conflicto por los presupuestos, que se aprobaron, desde 1900 á 1908, sobre la base de los proyectos del Ejecutivo.
Este año el proyecto vino del Consejo á la Cámara. Y la Cámara teniendo en cuenta el mensaje del Gobernador y el informe anual del Auditor, donde se hace referencia á una baja considerable en las rentas de la Isla y se insinúa la utilidad de introducir economías, acordó rebajar el 5 por 100 en los salarios de $500 á $1,000; el 10 por 100 en los de $ 1,000 á $2,000 y el 15 por 100 en los de $ 2,000 en adelante. La Cámara, al acordar esas rebajas, obedeció á la conveniencia de que es preferible sacrificar los salarios y no mermar los servicios. Y, en el presupuesto, aumenta $ 134,879 en el Departamento de Instrucción, sobre los $ 893,390 que calculaba el Consejo, y votó además una ley destinando $ 200,000 á nuevas carreteras. Las otras enmiendas da la Cámara se refieren á la supresión do los tasadores de la propiedad y la reorganización de la policía, conforme, en ambos extremos, á dos proyectos de ley que pasaron en la Cámara en votación unánime y que el Consejo Ejecutivo aún no había pospuesto.
Introdujo también la Cámara una rebaja del 90 por 100 en los oficiales de la Corte de Distrito de los Estados Unidos, cuyos salarios no fija el Acta Orgánica. Esta rebaja era una protesta contra la Corte de Distrito de los Estados Unidos, cuya modificación ó supresión había pedido la Cámara. Virtualmente al suprimir los sueldos se suprimía la Corte. Pero la Cámara, una vez formulada su protesta, y en vista de que el Consejo rehusaba discutir aquellos descuentos, retiró sus enmiendas en lo relativo á la Corte de Distrito, manteniéndolos en el resto del bill de apropiaciones.
Estaba en su derecho la Cámara y procedía con ejemplar moderación. Si los presupuestos han de pasar según los acuerde el Ejecutivo, sin que éste admita modificaciones fundamentales ó adjetivas, ó si ha de acusarse á la Cámara de facciosa cuando no sancione con su voto los presupuestos del Ejecutivo que le parezcan exagerados ó erróneos, sería mejor que se arrebatase á la Cámara la potestad de intervenir en los presupuestos y que se declarase, como principio de Gobierno para Puerto Rico, que “se puedan imponer tributos sin el consentimiento de los que los pagan”, destruyéndose de tal manera la base en cuya solidez apoyó el pueblo americano la obra augusta de su independencia.
Ilustres tratadistas americanos afirman que “las contribuciones, son donaciones que proceden del pueblo sobre el cual se reparten y deben ser hechas por los representantes inmediatos del mismo pueblo.” El Consejo Ejecutivo no desconoce esos tratadistas ; pero olvida sus enseñanzas. Lejos de entrar en debates sobre las enmiendas lógicas y justificadísimas, de la Cámara, prefirió una ruptura resonante. Y mientras la Cámara ocupaba sus pupitres y aguardaba tranquila, envió una Comisión á notificarle que habían terminado las tareas legislativas.
¿ Quién es culpable del conflicto subsiguiente? ¿ De quién es la responsabilidad de que no haya hoy un presupuesto en Puerto Rico para el año económico de 1909–1910? La Cámara sostiene que la culpa y la responsabilidad son exclusivamente del Consejo Ejecutivo, que pudo aguardar y no aguardó, que pudo discutir y no discutió, y que precipitándose á un rompimiento, trajo las cosas á la situación difícil que ocupan y que la Cámara está dispuesta á resolver, mientras quede á salvo la dignidad y la libertad de Puerto Rico.
Esto es todo cuanto la Comisión de la Cámara de Delegados tiene que manifestar en Washington, á 29 de Marzo de 1909.
Respetuosamente,
(Firmado)
LUIS MUÑOZ RIVERA.
CAY. COLL OUCHÍ.
EUGENIO BENITEZ CASTAÑO.
En aquella primer semana escribieron los Comisionados á la Junta Central la carta que va á continuación. Llamamos la atención á nuestros lectores sobre ésta y las cartas siguientes, documentos que comprueban de un modo absoluto la grandeza del triunfo obtenido por la Cámara de Delegados.
Marzo 25 de 1909.
Señor Presidente de la Junta Central de la “Unión de Puerto Rico,”
San Juan.Estimado compañero:
La Comisión de la Cámara envía hoy á la prensa de San Juan un informe, para la publicidad, acerca de sus primeros trabajos desde el 22 al 25 de Marzo inclusive. Como el informe ha de salir impreso, en él verá la Junta Central detalles de nuestras gestiones.
Más que de otra cosa, nos ocupamos en estos cuatro días de mover la prensa, y, por la prensa, la opinión. Ustedes saben que este trabajo es aquí dificilísimo. Los periódicos sólo se ocupan de lo que les conviene ó de lo que conviene á las parcialidades políticas que representan. Y entrar en ellos por la puerta del desinterés y del altruismo, equivale á realizar un acto realmente milagroso.
En Nueva York lo efectuamos nosotros con el SUN y el TRIBUNE; pero nos estrellamos contra el HERALD, el WORLD y el TIMES, atentos á su negocio y no á causas de honor y de justicia. En Washington estamos realizándolo con el POST y el TIMES, los diarios más importantes y de mayor influjo. Además, la prensa asociada nos acoje con simpatía, y á esta hora multitud de publicaciones reproducen nuestras entrevistas.
Hemos celebrado una conferencia oficial con el Secretario del Interior, que recibió del Presidente Taft el encargó de estudiar el conflicto entre la Cámara y el Consejo, y de preparar una solución. Dudamos que la solución venga, porque se pretenderá que la Cámara sé achique, y la Cámara, mientras nosotros hablemos en su nombre, no se achicará.
No se debe adelantar ningún juicio, pues en verdad no existen datos que permitan fundarlo. Pero no nos sorprendería que el Presidente y el Congreso trataran de cumplir la amenaza del Gobernador : es á saber ; que se autorice la vigencia del Presupuesto actual durante el año económico de 1909 á 1910.
Si tal se intentase, lucharemos por evitarlo. Y si no lo evitáramos, lucharemos por hacer que se escuche la voz de Puerto Rico, en protesta. Aún en ese caso, que es el más desfavorable, nos esforzaremos para que Puerto Rico salve su dignidad y su derecho.
Según lo que hasta hoy llevamos entendido, los señores Willoughby y Hoyt presentan al Consejo como amenazado por la Cámara con la no aprobación del Presupuesto. Y ahí se parapetan, apelando á la solidaridad entre americanos y americanos. Si ello prevalece, y nosotros pugnaremos porque no prevalezca, se nos sacrificará, sin duda, á las exigencias del orgullo nacional, que no consiente una coacción, sobre todo á la gente debil y pobre, que somos nosotros.
Hasta este momento son triunfos nuestras cartas. En la entrevista que los hombres del Consejo tendrán con nosotros, ante el Secretario del Interior, se decidirá nuestra victoria ó nuestra derrota. Ponemos una gran, esperanza en ese careo. La razón nos corresponde y sabremos defenderla.
Confíen en nosotros la Junta Central y la Cámara. No faltará de nuestra parte ningun esfuerzo. Y Dios ayuda á los que también se ayudan por sí mismos.
En cien horas hemos recorrido mucho terreno. Y esperamos comunicar buenas noticias.
De usted cordialmente,
(Firmado)
LUIS MUÑOZ RIVERA.
CAY. COLL CUCHI.
EUGENIO BENITEZ CASTAÑO.